Ante la ambigüedad de la política internacional de Obama, quien no puede o no quiere frenar los proyectos que encabezó Bush, la ultraderecha estadunidense sigue practicando sus estrategias usuales para apoyar o desestabilizar gobiernos.
Desde hace años, las fuerzas derechistas que operan en América Latina, con el apoyo y patrocinio de los sectores más reaccionarios de Estados Unidos, han tratado de legitimar a los gobiernos de esa filiación y desacreditar a los de tendencia progresista, organizando misiones de supuestos “observadores electorales” que actúan de acuerdo con esas consignas.
Más información...
También es conocido el papel que en la época de Bush, y con el respaldo de éste, jugaron organizaciones como el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Fondo Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) para desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela.
Ahora, personajes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), lo mismo que organizaciones como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) –que también ha sido muy importante en la geopolítica de la ultraderecha–, IRI, NED y otras estuvieron brindando apoyo a las elecciones organizadas por el golpista Micheletti, que en junio pasado encabezó el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, quien se opuso a esas elecciones, por ser una maniobra del gobierno de facto.
A la misma fueron invitados representantes de la USAID, IRI, NED, Fundación Panamericana para el Desarrollo (Fupad), National Democracy Institute, la Fundación Arias (creada en 1987 por el político Óscar Arias, actual presidente de Costa Rica) y “Hagamos Democracia” (integrada principalmente por grupos religiosos de Honduras: Pastoral Social de la Iglesia Católica-Caritas de Honduras; Confraternidad Evangélica de Honduras; así como la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras y la Universidad Metropolitana de Honduras).
La Fupad es una organización no gubernamental cuyos mayores ingresos proceden de la USAID y que “trabaja bajo las directrices estratégicas del Departamento de Estado” (véase “FUPAD, ONG auspiciada por trasnacionales”, de Nydia Egremy, en Contralínea 121, 1 de marzo de 2009 y http://contralinea.info/archivo-rev...).
En esa reunión, Henshaw instruyó a los asistentes a organizar una misión “independiente” de observación electoral, para las elecciones del 29 de noviembre, y que estaría en realidad manejada por el IRI a través de Alex Sutton, director regional de ese instituto para América Latina y el Caribe.
Sutton ha desarrollado proyectos del IRI para Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Perú y Venezuela, y de 1992 a 1996 trabajó en países de Europa del Este en la destrucción de las estructuras socialistas, eufemísticamente llamada la “democratización” de esa zona (www.iri.org/bio_sutton.asp).
Entre ellos se contaron por lo menos cuatro figuras del Partido Popular (PP) español, como el eurodiputado Carlos Iturgaiz, quien antes de que terminaran las votaciones ya estaba proclamando que habían sido una “fiesta democrática” y que al presidente venezolano Hugo Chávez y a sus partidarios “no les estará gustando lo que están viendo en Honduras” (según difundió EFE en la web desde Tegucigalpa el 29 de noviembre de 2009).
Los otros “observadores” del PP fueron la diputada nacional de ese partido por la provincia de Valencia, Teresa García Sena, y Eugenia Nasarre e Ignacio Cosido.
Desde Estados Unidos, Adolfo Franco, administrador de la USAID en la época de Bush, acusado de desviar fondos de esa dependencia a sectores radicales del exilio cubano, también acudiría a respaldar las elecciones de Honduras.
Como era de esperarse, participaron en el apoyo a las elecciones hondureñas organizaciones como la Fundación Heritage, uno de los principales think tanks de Bush y promotora de los proyectos derechistas en todo el mundo; así como la organización ultraderechista UnoAmérica, vinculada a la CIA y financiada por el NED (véase www.radiomundial.com.ve/yvke...).
El 25 de noviembre, medios alternativos de Honduras denunciaron el ingreso a ese país de 14 mexicanos involucrados en fraudes electorales, incluido el perpetrado en 2006 contra López Obrador, y señalaron que el hotel en que se hospedaron, en Tegucigalpa, estaba intervenido por las fuerzas de seguridad para brindarles protección (honduras.redeshn.com/…/terrorismo-electoral-y-apoyo-del-fascismo-internacional/).
Pero el apoyo más visible que el gobierno golpista ha recibido por parte de la derecha mexicana ha sido el del expresidente Fox, quien encabezó el fraude electoral de 2006.
Fox ha estado apoyando al gobierno golpista; fue uno de sus principales invitados a los comicios del domingo. Ese día, desde Lisboa, donde participó junto con Marta Sahagún en un encuentro empresarial iberoamericano, criticó al depuesto presidente Manuel Zelaya, a quien comparó con Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. Dijo, según reportó la agencia EFE, que con la “elección democrática” organizada por el gobierno golpista de Micheletti, Honduras podría volver a la “normalidad democrática”.
Mientras tanto, en Honduras, desmintiendo la retórica derechista acerca del “retorno a la democracia”, las fuerzas armadas dispersaban violentamente a grupos de opositores, arrestaban activistas, allanaban sus viviendas y golpeaban a los inconformes. Es el caso de un hombre llamado Fausto Arrazola, quien fue agredido por policías cuando repartía folletos con el emblema “No a las elecciones”, en los alrededores de un centro de votación (“Militares dispersan con gases lacrimógenos a simpatizantes de Zelaya que protestaban contra las elecciones”, Europa Press, Tegucigalpa, 29 de noviembre de 2009).
Ahora, personajes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), lo mismo que organizaciones como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) –que también ha sido muy importante en la geopolítica de la ultraderecha–, IRI, NED y otras estuvieron brindando apoyo a las elecciones organizadas por el golpista Micheletti, que en junio pasado encabezó el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya, quien se opuso a esas elecciones, por ser una maniobra del gobierno de facto.
El pacto de la embajada
Como trascendió en algunos círculos de la derecha internacional, a mediados de noviembre, en la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, Simon Henshaw, segundo jefe de esa representación e identificado como agente de la CIA en ese país (véase Ingo Niebel, “La segunda intentona de Obama, otra vez con ayuda alemana”, en www.taringa.net/…/Honduras...), convocó a una reunión para garantizar el éxito de los comicios organizados por Honduras.A la misma fueron invitados representantes de la USAID, IRI, NED, Fundación Panamericana para el Desarrollo (Fupad), National Democracy Institute, la Fundación Arias (creada en 1987 por el político Óscar Arias, actual presidente de Costa Rica) y “Hagamos Democracia” (integrada principalmente por grupos religiosos de Honduras: Pastoral Social de la Iglesia Católica-Caritas de Honduras; Confraternidad Evangélica de Honduras; así como la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras y la Universidad Metropolitana de Honduras).
La Fupad es una organización no gubernamental cuyos mayores ingresos proceden de la USAID y que “trabaja bajo las directrices estratégicas del Departamento de Estado” (véase “FUPAD, ONG auspiciada por trasnacionales”, de Nydia Egremy, en Contralínea 121, 1 de marzo de 2009 y http://contralinea.info/archivo-rev...).
En esa reunión, Henshaw instruyó a los asistentes a organizar una misión “independiente” de observación electoral, para las elecciones del 29 de noviembre, y que estaría en realidad manejada por el IRI a través de Alex Sutton, director regional de ese instituto para América Latina y el Caribe.
Sutton ha desarrollado proyectos del IRI para Bolivia, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Perú y Venezuela, y de 1992 a 1996 trabajó en países de Europa del Este en la destrucción de las estructuras socialistas, eufemísticamente llamada la “democratización” de esa zona (www.iri.org/bio_sutton.asp).
Franquistas, gusanos, mapaches, Fox
Como parte de las maniobras del gobierno golpista de Honduras para legitimar las elecciones del domingo 29, el Tribunal Supremo Electoral de ese país estuvo invitando a políticos derechistas de otros países en calidad de “observadores electorales”.Entre ellos se contaron por lo menos cuatro figuras del Partido Popular (PP) español, como el eurodiputado Carlos Iturgaiz, quien antes de que terminaran las votaciones ya estaba proclamando que habían sido una “fiesta democrática” y que al presidente venezolano Hugo Chávez y a sus partidarios “no les estará gustando lo que están viendo en Honduras” (según difundió EFE en la web desde Tegucigalpa el 29 de noviembre de 2009).
Los otros “observadores” del PP fueron la diputada nacional de ese partido por la provincia de Valencia, Teresa García Sena, y Eugenia Nasarre e Ignacio Cosido.
Desde Estados Unidos, Adolfo Franco, administrador de la USAID en la época de Bush, acusado de desviar fondos de esa dependencia a sectores radicales del exilio cubano, también acudiría a respaldar las elecciones de Honduras.
Como era de esperarse, participaron en el apoyo a las elecciones hondureñas organizaciones como la Fundación Heritage, uno de los principales think tanks de Bush y promotora de los proyectos derechistas en todo el mundo; así como la organización ultraderechista UnoAmérica, vinculada a la CIA y financiada por el NED (véase www.radiomundial.com.ve/yvke...).
El 25 de noviembre, medios alternativos de Honduras denunciaron el ingreso a ese país de 14 mexicanos involucrados en fraudes electorales, incluido el perpetrado en 2006 contra López Obrador, y señalaron que el hotel en que se hospedaron, en Tegucigalpa, estaba intervenido por las fuerzas de seguridad para brindarles protección (honduras.redeshn.com/…/terrorismo-electoral-y-apoyo-del-fascismo-internacional/).
Pero el apoyo más visible que el gobierno golpista ha recibido por parte de la derecha mexicana ha sido el del expresidente Fox, quien encabezó el fraude electoral de 2006.
Fox ha estado apoyando al gobierno golpista; fue uno de sus principales invitados a los comicios del domingo. Ese día, desde Lisboa, donde participó junto con Marta Sahagún en un encuentro empresarial iberoamericano, criticó al depuesto presidente Manuel Zelaya, a quien comparó con Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega. Dijo, según reportó la agencia EFE, que con la “elección democrática” organizada por el gobierno golpista de Micheletti, Honduras podría volver a la “normalidad democrática”.
Mientras tanto, en Honduras, desmintiendo la retórica derechista acerca del “retorno a la democracia”, las fuerzas armadas dispersaban violentamente a grupos de opositores, arrestaban activistas, allanaban sus viviendas y golpeaban a los inconformes. Es el caso de un hombre llamado Fausto Arrazola, quien fue agredido por policías cuando repartía folletos con el emblema “No a las elecciones”, en los alrededores de un centro de votación (“Militares dispersan con gases lacrimógenos a simpatizantes de Zelaya que protestaban contra las elecciones”, Europa Press, Tegucigalpa, 29 de noviembre de 2009).
Edgar González Ruiz Maestro en Filosofía. Investigador y periodista, especializado en la derecha política en México y América Latina. Ha publicado varios libros, como: La Última Cruzada (2001); Los Abascal (2002); Cruces y Sombras (2006); El clero en armas (2007). En 2005 obtuvo el Premio José Martí; en 2006, el Premio Nacional de Periodismo, de México. Colabora en Contralínea. |
0 comments:
Publicar un comentario