El colapso de la "economía de papel"
Por Manuel Freytas
Actores centrales del colapso financiero que luego devino en crisis recesiva con despidos laborales en masa en EEUU y Europa (que todavía continúan), protagonistas (y responsables) hegemónicos de la depredación especulativa con la "economía de papel" (sistema del apalancamiento) que devastó a las economías reales del planeta (de la que todavía no se han recuperado), los banqueros, en su propio feudo de Davos, en el foro universal del capitalismo "sin fronteras", pasaron (en un vuelo sin escalas) del estrellato a la decadencia.
Y no se trata precisamente de un medio alternativo, sino del propio vocero de la catedral financiera del Imperio, The Wall Street Journal, quien afirma este lunes que los banqueros, de ser "los amos del universo" han pasado a ser a los "villanos de la crisis".
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El lema extraoficial de la reunión del Foro Económico Mundial que concluyó el domingo, parecía ser: "En primer lugar, matemos a todos los banqueros", señala el Journal en un sorprendente articulo titulado: "Los banqueros en Davos: de los amos del universo a los villanos de la crisis".
Hasta hace poco, señala, los ejecutivos del mundo de las finanzas eran los "reyes de la cumbre de la élite mundial que se realiza todos los años en los Alpes suizos".
Para el diario, el desdén que quedó en evidencia en el encuentro de este año es una señal de la reacción internacional en contra del sector financiero". Y agrega: "La ira popular sobre el papel de los bancos en la crisis financiera y su comportamiento posterior se ha contagiado a los ejecutivos de algunas de las mayores empresas del mundo, políticos y reguladores".
La ira dirigida contra los bancos desde todos los rincones fue palpable, reconoce Donald Moore, presidente de la junta de Morgan Stanley en Europa, citado por el Journal, mientras estudia unos gráficos sentado solo en Global Village, el café del Foro. Consultado sobre qué otros grupos habían sido tan impopulares en Davos en otros años, contestó rápido: "los terroristas".
"Creo que la relación entre el gobierno y los bancos ha cambiado de manera irreversible",sostuvo por su parte Peter Sands, presidente ejecutivo de grupo del banco británico Standard Chartered Bank y copresidente del foro de Davos.
"La atmósfera política se ha vuelto tóxica para los bancos. Muchos banqueros han mantenido un perfil bajo y prefirieron las reuniones privadas a participar en los paneles de discusión. Bajo una creciente presión, algunos incluso le han dado la espalda a sus propios colegas", apunta The Wall Street Journal.
Hace un año, en febrero de 2009, representantes de los principales conglomerados bancarios se hicieron presentes en el Capitolio para "explicar" a los congresistas qué hicieron con la danza billonaria de dólares que recibieron en concepto de "salvataje" por parte del Estado USA, cuya administración -ahora con Obama- continúa utilizando dinero público para rescatar a bancos e instituciones privadas quebradas por la crisis.
El primer tramo del macro-negocio privado de los pulpos bancarios con la crisis financiera se inició en octubre de 2008 con la aprobación por parte de la Cámara de Representantes de EEUU del plan de crisis de Bush para salvar a las entidades quebradas con dinero público. Una operación inicial de US$ 700.000 millones que el Tesoro USA (por medio de emisiones de deuda pública) entregó a los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal. (Ver: Quiénes controlan el negocio del plan de rescate financiero: El papel de Goldman Sach).
Tras asumir en enero de 2009 , la administración Obama lanzó otro programa de "rescate financiero" por medio del secretario del Tesoro, Timothy Geithner (ex presidente de la Reserva Federal de Nueva York),que triplicó la ayuda de Bush, movilizando hasta US$ 2 billones (1,5 billones de euros), procedentes del Tesoro, de la Reserva Federal y de inversores privados, bajo el argumento de que serviría para evitar la catástrofe financiera.
Posteriormente, los mismos legisladores demócratas y republicanos que votaron el plan de rescate de Bush instaron a los banqueros a reconocer la "ira" de los contribuyentes ante la escasa "transparencia" sobre el manejo de los fondos y la percepción de que el dinero no se usó para cumplir con la meta de flexibilizar el crédito a los consumidores y negocios ni tampoco sirvió para detener el colapso financiero en EEUU.
"Reina un gran indignación en el país, y buena parte se justifica", señaló el representante demócrata Barney Frank, líder del Comité del Congreso, tras la reunión con los directivos de los bancos
Pero fue el representante de Goldam Sach quien expresó el sentir general: "Es muy claro que hemos quedado en el medio de la furia popular. En mis 26 años en Goldman Sachs nunca vi mayor distancia entre el ramo de servicios financieros y el público" admitió el presidente de ese banco, Lloyd Blankfein.
En su artículo de este lunes, The Wall Street Journal señala que "El apoyo a una ofensiva más agresiva de los gobiernos para limitar las prácticas de los bancos es mayor de lo que parecía posible hace apenas unas semanas. Las propuestas para la creación de nuevos impuestos y reglas más estrictas en Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países están reforzando la determinación de los funcionarios a ambos lados del Atlántico de no permitir que el sector financiero salga ileso, después que sus pérdidas provocaran una recesión económica mundial".
"El alivio generado por la mejoría de la crisis económica -continúa- está dando paso a exigencias de cambios de largo alcance y a un cuestionamiento del valor de muchas actividades del sector financiero".
Según el Journal, "Muchos opinan que los bancos son los grandes responsables de su mala imagen al aparentemente regresar a una cultura marcada por asumir grandes riesgos y otorgar jugosas bonificaciones después de salir de la unidad de cuidados intensivos.
"Creo que los bancos evaluaron mal los arraigados sentimientos del público en torno a los efectos devastadores de la crisis", dijo al diario Guillermo Ortiz, el ex gobernador del Banco de México.
La utilización del Estado para salvar a los bancos privados con fondos públicos ya generó en la opinión pública norteamericana un proceso de rechazo creciente, y aunque la prensa norteamericana "oculta" sistemáticamente la verdadera naturaleza de los rescates (el negocio de un puñado de conglomerados del sistema bancario de la Reserva Federal), los banqueros han pasado a ocupar la figura de mayor rechazo entre el ciudadano común.
La indignación se acentuó y comenzó a crecer, en febrero de 2009, cuando la prensa norteamericana, difundió comentarios irónicos y burlescos sobre la crisis que habían formulado algunos miembros de Kappa Beta Phi, una fraternidad exclusiva y reservada de los pulpos bancarios de Wall Street, algunos de los cuales habían estado en el Capitolio con los representantes de la corporación bancaria
Pero, y mientras la "fraternidad" financiera continúa ironizando sobre la crisis, a la sombra del Estado USA, el sistema bancario privado que controla la Reserva Federal de EEUU concreta un negocio billonario en las bolsas con los impuestos públicos (el dinero de los contribuyentes que abona los "mega-rescate") lo que hace que el costo de la crisis financiera privada sea pagado por todo el pueblo norteamericano.
Esto carga y acentúa cada vez más el rechazo popular hacia los banqueros que finalmente, como lo subraya el Journal, tuvieron su propio Waterloo en Davos.
El colapso de la "economía de papel"
Todas las señales indican que la ola de la "burbuja financiera" del capitalismo especulador sin fronteras, la reproducción del dinero por el dinero el mismo, a pesar de estar todavía vigente con los "rescates", se desmorona sobre las mismas lacras que inventó: El reinado del "apalancamiento financiero" (el endeudamiento sin respaldo) y la "economía de papel" fundada sobre el cadáver de la economía real.
Por falta de "efectivo" en ventanilla, finalmente la "economía de papel" hizo crash, chocó contra la realidad, y comenzó a hundirse a la hora señalada ante la impotencia manifiesta de sus creadores y sostenedores: Los Estados centrales del sistema capitalista.
Desde que estallara el colapso bancario y bursátil en septiembre del 2008, el sistema nunca pudo recuperarse, y finalmente la crisis de la "economía de papel" terminó impactando en la "economía real", primero en las metrópolis imperiales de EEUU y Europa, extendiéndose luego por toda la periferia "subdesarrollada" y "emergente" de Asia, África y América Latina.
Hay expertos que sostienen que un equivalente billonario a más de un PBI de EEUU y Europa juntos circula en papeles sin respaldo de la "burbuja financiera" que se generó en Wall Street en la década del noventa desparramando ganancia especulativa a escala planetaria.
Las "súper-fortunas" personales, los "súper-activos empresariales" se nutrieron de este macro-robo monumental del capitalismo financiero especulador que inventó una economía paralela: La economía de papel.
Esa economía es la que hoy (a pesar de las teorías oficiales sobre la "recuperación") está estallando junto con los macrobancos y macroempresas que lideraron el desfalco capitalista y que al final se encontraron con sus bóvedas sobrecargadas de papeles sin valor: La chatarra de la "burbuja financiera".
La caída del sistema del "apalancamiento financiero" (crecimiento de los negocios productivos y comerciales mediante el endeudamiento financiero sin respaldo) dejó una montaña de papeles inútiles con la quiebra bancaria en cadena de 2008.
La "bicicleta financiera", o rueda perversa de la especulación, dejó un cementerio de "activos tóxicos" en poder de los bancos y las empresas que había diseminado la "burbuja fianciera" a escala global.
En un ciclo de reproducción perversa del "dinero por el dinero mismo" (transferencias informatizadas a escala global) la dinámica de los grupos financieros súper-concentrados reveló el predominio del capital especulativo (dinero sin fronteras) sobre el productivo, como dato más sobresaliente y distintivo de la llamada "globalización" del sistema capitalista en decadencia.
Como se sabe, y lo destacan una multitud de expertos, EEUU, la locomotora del sistema capitalista "globalizado", sustituyó a la "economía real" por la "economía bancaria", o sea, sustituyó a la "economía de los recursos genuinos" (respaldados por la producción) por la "economía de los papeles" (acciones de deuda sin respaldo) circulando por los mercados financieros globales.
Durante el proceso del "boom inmobiliario" en EEUU que devino en la "burbuja hipotecaria" a escala global, la Reserva Federal mantuvo las tasas bajas, las calificadoras otorgaron "credibilidad" y "seguridad rentable" a los bonos, y la prensa financiera (a través de los analistas de mercado) publicitó la ola inversora de la "burbuja hipotecaria" a escala global.
Todo estaba de "buena onda" y la acumulación capitalista funcionaba de maravillas con la "burbuja" y el festival de bonos y acciones del negocio inmobiliario de EEUU "globalizado" por medio de los grandes bancos y fondos de inversión que los esparcían y le exprimían rentabilidad financiera escala global.
Y llegó el "lunes negro", de septiembre de 2008, donde la quiebra del gigante Lehman Brothers marcó el principio de un salto cualitativo: La crisis hipotecaria devino finalmente en crisis del crédito caracterizada por una iliquidez pronunciada y creciente del sistema financiero.
En resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime "desvalorizados" comenzaron a venderlos en masa generando un colapso generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros en EEUU, Europa, Asia y América Latina.
Los gigantes bancarios e hipotecarios comenzaron a derrumbarse arrastrando consigo a todo el sistema financiero imperial de EEUU y de Europa.
Llegó la "crisis financiera", y desde septiembre de 2008, la Reserva Federal y las autoridades monetarias del capitalismo cambiaron de la "buena" a la "mala onda": Comenzaron a subir las tasas e inyectar dinero en el mercado para "salvar al sistema" mientras vaticinaban (y siguen vaticinando) sombríos pronósticos para EEUU y la economía mundial.
Finalmente la "crisis financiera" derivó en "crisis financiera-recesiva" (de la cual el sistema todavía no consigue recuperarse del todo), y cuyo impacto en la baja del consumo y del empleo ya desató las bases de una "crisis social" de difícil pronóstico en Europa y EEUU.
Este proceso, finalmente estalló, y convirtió a los banqueros -como sostiene The Wall Street Journal- en los "villanos" del foro de Davos, la máxima tribuna de exposición publica del lobby capitalista sionista (la agenda oculta la desarrollan en el foro secreto del Grupo Bildelberg) que controla todos los circuitos (productivos y especulativos) de la economía global del planeta.
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