ElPaís
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha denunciado hoy, en una comparecencia difundida por todas las cadenas de televisión, unos imprecisos "intentos de destitución", relacionados con los movimientos parlamentarios y judiciales para frenar su decisión de usar las reservas del Banco Central para el pago de deuda. "No voy a permitir que ningún juez bloquee el pago de la deuda porque esa es una decisión presidencial y acá no hay co-gobierno. Yo soy la Presidenta", ha afirmado.
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Pocas horas antes, la juez federal Claudia Rodríguez ha suspendido el nuevo decreto presidencial, aprobado el lunes, que autorizaba el uso de esas reservas, no solo para el pago de acreedores multilaterales (tipo FMI) sino también con particulares o privados. La presidenta ha asegurado que continuará adelante, digan lo que digan los tribunales o la oposición.
Cristina Fernández ha respondido con extrema dureza a la fuerte derrota que sufrió este miércoles en el Senado , cuando la oposición se hizo finalmente con el control absoluto de la Cámara y terminó con siete años de hegemonía kirchnerista. La presidenta ha acusado a la oposición de usar el Senado para tomar venganza contra la recién nombrada presidenta del Banco Central, la economista Mercedes Marcó del Pont. La funcionaria fue citada este mismo miércoles por la Comisión de Acuerdos que debe dar luz verde a su nombramiento, pero optó por no ir y solicitar una nueva fecha. Los portavoces de la Comisión aseguraron que ya existía un informe unánimemente desfavorable a ratificar su nombramiento.
Marcó del Pont fue designada por Fernández para reemplazar al dimitido Martín Redrado y bajo su mandato se han empezado a realizar las transferencias de reservas que demanda la presidenta de la República y que los jueces han declarado en suspenso. Cristina Fernández ha calificado de "maniobra de baja estofa moral" los intentos de la oposición por retirarla del cargo.
La presidenta ha asegurado que en todo momento ha actuado de acuerdo con la Constitución y las Leyes, pero al mismo tiempo ha advertido de que está dispuesta a afrontar "la condena de los jueces". "No voy a dejar que un juez provoque un default en este país", ha asegurado. "Si la oposición no está de acuerdo con mi manera de hacer frente al pago de la deuda, que me explique otra fórmula mejor y yo lo aceptaré", ha manifestado.
La diputada de Coalición Cívica, Elisa Carrió, ha sido la primera en contestar al duro alegato presidencia. "Hoy Cristina ha profundizado aún más el enfrentamiento con el poder judicial y el legislativo. Claro que hay que pagar la deuda, pero antes debe haber una comisión investigadora del Parlamento. Usar las reservas del Banco Central, sin más, empeorará la inflación".
El diputado radical, Gil Lavedra, ha insistido en que la presidenta "no entiende que lo que está en discusión es que el Congreso es el único que debe decidir cómo se paga la deuda del país. Que mande un proyecto de ley y el Congreso lo discutirá. Ella sabe perfectamente que no puede tomar esa decisión unilateralmente".
Pino Solana, de Proyecto Sur, un pequeño grupo de izquierda, ha resaltado que el discurso de la presidenta "no sirve sino para encrespar aún más las aguas de este país". "Estoy sorprendido por el grado de autoritarismo e irracionalidad que ha tenido su discurso".
La senadora Chiche Duhalde, peronista disidente, se ha mostrado inquieta ante el posible anuncio de que la presidenta no va a hacer caso a las decisiones judiciales. "Su discurso ha sido un exceso", ha insistido. "En Argentina no hay ningún ánimo destituyente.. Lo que necesitamos es diálogo y discursos como éste no lo van a facilitar". A su juicio, los kirchneristas quieren meter miedo a la población, que recuerda con pavor "momentos destituyentes" anteriores. Esa no es la situación actual, ha asegurado.
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